sábado, 23 de febrero de 2013

LA EVALUACIÓN


"He aquí un buen criterio para medir al genio: observad si progresa o sólo da vueltas sobre sí mismo."
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Samuel Taylor Coleridge (1772-1834) Poeta inglés.



El Decreto de evaluación y promoción 0230 de 2002, ha representado uno de los capítulos mas oscuros en la historia del sistema educativo colombiano, ya que  según los funcionarios del ministerio de educación de esa época, la única solución para disminuir los altos porcentajes de reprobación de grados por parte de los estudiantes de educación básica y media era limitar la cantidad de estudiantes que podían reprobar el grado por institución a un máximo del 5 %, lo cual implicó que muchos jóvenes que reprobaban 5, 6 ó hasta más áreas, eran promovidos al siguiente grado, aún con más de la mitad  de las áreas asignadas reprobadas y al finalizar sus estudios en grado 11, algunos de ellos conseguían acceder a la educación universitaria, presentando enormes vacíos conceptuales, procedimentales y hasta actitudinales en los primeros semestres de cada una de sus carreras, lo cual derivó en críticas por parte de los docentes universitarios, hacia los docentes de educación básica y medio, generando una alta tensión entre ambos grupos, con respecto a este decreto mi opinión personal es que si bien era injusto que un estudiante tuviera que reiniciar un grado escolar por no alcanzar los logros mínimos en tan solo 1 de las 10 áreas asignadas, de igual manera era injusto que estudiantes con reprobación de más del 60 % de su asignación académica fueran promovidos  por la obligatoriedad en el cumplimiento de una ley, para el año 2009 el ministerio de educación nacional, después de 7 años de resultados desastrosos para la formación académica y social de nuestros jóvenes, decidió intervenir y publicar un nuevo decreto el 1290 de 2009, en el cual designan a cada una de las instituciones educativas para que diseñe e implemente su propio sistema de evaluación y promoción, homologando unos niveles de desempeño nacionales, desafortunadamente en el municipio en el cual laboro, los “genios” de la secretaría de educación municipal han quedado con rezagos del anterior decreto y envían circulares en las cuales informan a docentes y directivos que los porcentajes de reprobación deben de estar por debajo de un determinado valor, y más recientemente limitan la escala valorativa a partir de 2, argumentando que el 0 y el 1 no existen como valoración, ya que es imposible la ausencia total de desarrollo de competencias en un proceso educativo, definitivamente es demasiado “FÁCIL Y CÓMODO” implementar estrategias y ordenes desde la comodidad de una oficina, sin tener que convivir a diario con las novedades del aula.
Teniendo en cuenta las anteriores experiencias pienso que es necesario que en todo proceso evaluativo de un ejercicio de enseñanza aprendizaje, se tomen en cuenta los factores, conceptuales, procedimentales y actitudinales del individuo y su relación con el objeto de aprendizaje y su entorno, compañeros y medios, la evaluación es un proceso que como tal debe de cumplir unas etapas de diagnóstico, desarrollo y sustentación de  resultados, necesita ser clara, transparente y conocida desde un principio por parte de los estudiantes, en nuestro rol como docentes debe primar la justicia, la equidad y la objetividad, teniendo en cuenta las características individuales de los estudiantes y el desarrollo de habilidades y apropiación de conceptos, lo cual ha representado un  cambio bastante significativo con respecto a mi perspectiva de la evaluación inicial de hace una década, cuando inicié mi camino en la docencia.  

lunes, 11 de febrero de 2013

DE LA PARTICIPACIÓN...


"El maestro que intenta enseñar sin inspirar en el alumno el deseo de aprender está tratando de forjar un hierro frío."
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Horace Mann (1796-1859) Educador estadounidense.

Como producto de una educación formal y tradicionalista de los años 90 y principios del siglo XXI, he podido experimentar una marcada dificultad en la migración cognitiva en cuanto a los ambientes de aprendizaje, ya que fuí formado en un aula de clases de 4 paredes, con docentes presenciales y con la ausencia en mi formación de bachillerato de la Internet, ahora me veo en el reto de diseñar y construir ambientes virtuales de aprendizaje para mis estudiantes, los cuales se  mueven con mucha mayor facilidad que yo en este entorno virtual, mis experiencias de formación y capacitación en ambientes virtuales ha sido todo un desafío, ya que con la excusa de las múltiples obligaciones laborales he renunciado a muchos de los cursos iniciados en plataformas como las del sena, teniendo en cuenta que los cursos han sido seleccionados  por mis intereses particulares y en unos pocos casos por intereses laborales, el acceso y las herramientas necesarias para el desarrollo de los cursos nunca han sido un obstáculo, por el contrario han sido una fortaleza con la que siempre he contado tanto desde la comodidad de mi hogar como en los pocos espacios libres en mi institución, sin embargo la poca interacción con mi profesor del curso y los otros compañeros han resultado un factor desmotivador, ya que soy un convencido de que el aprendizaje es mucho más significativo cuando se construye a través de discusiones y argumentaciones, cuando se logra una construcción colectiva.Aquí me encuentro nuevamente ante el reto de participar e interactuar en un ambiente de aprendizaje que espero pueda transformar mis fallidas experiencias en una experiencia significativa que sirva como punto de partida a nuevas experiencias y logre fortalecer en mi la idea de la importancia de estos espacios para la educación del siglo XXI.